San Pedro Sula vive dos realidades completamente opuestas. Mientras unos se dan la gran vida, otros viven en los bordos sufriendo muchas carencias. Unas 30 mil familias viven en la pobreza y cada vez se multiplica la población.
«Aquí vivimos a la mano de Dios, esperando que el alcalde nos ayude. No tenemos nada aquí. Llevo arriba de tres años viviendo aquí con mi esposo que es ayudante de albañil», dijo doña Ana, una mujer de 74 años de edad.
«Necesitamos una ayuda que le ayuden a los pobres, aquí solamente Dios con nosotros», agregó otra pobladora de los bordos.