iendo un día de coronaciones en Europa, el Real Madrid hizo valer su condición de monarca y este sábado se proclamó como campeón de la Copa del Rey al vencer 2-1 a un aguerrido Osasuna en una emocionante final.
Los blancos volvieron a levantar la copa de su majestad nueve años después de la mano de un inspirado Rodrygo, quien con su doblete se aseguro que los blancos doblaran la mano de un conjunto navarro que metió suspenso en el partido con el empate transitorio de Lucas Torró.
El encuentro inició de la mejor forma para los blancos, quienes rápidamente se pusieron en ventaja en el marcador.
No habían pasado ni dos minutos desde el silbatazo inicial cuando Vinicius se inventó una gran jugada individual y con mucha maestría le sirvió el balón a su compatriota Rodrygo que con un fuerte remate superó a Sergio Herrera y adelantaba a los madridistas.
El gol de los blancos sacudió a los navarros, quienes intentaron responder con una serie de embates ante la potería de Courtois, sin embargo, no tuvieron éxito.
Uno de los que se mostró más incisivo por parte del conjunto de Jagoba Arrasate fue Budimir, quien por lapsos causó ciertos problemas a la zaga del Real Madrid.
Pero el Madrid demostró sus ganas de vencer y al 24 una gran jugada entre Vinicius y Rodrygo culminó con un remate de Benzema que de forma magnífica contuvo Sergio Herrera.
Tras esta jugada, el Osasuna se quedó muy cerca de empatar luego de que Abde le ganara el duelo a Militao y picara el balón sobre la salida de Courtois, sin embargo, el remate fue suave y esto ayudó a que Carvajal despejara un balón que llevaba destino de gol.
Con el susto de Abde, el Madrid quiso intentar ampliar la ventaja antes de irse al descanso, pero no tuvo éxito y tuvo que conformarse con el 1-0.
Osasuna vendió cara su derrota en un partido en el que empató en el segundo período por mediación de Lucas Torró al borde de la hora de juego, pero no fue suficiente para que el conjunto pamplonés lograra su primer título de la historia en su segunda presencia en una final de Copa, después de que también la perdiera hace dieciocho años en su primera ocasión.
Se presentó una final entre dos clubes históricos pero con un currículum muy desigual, el espectacular del Real Madrid y otro, el de Osasuna, que quería meter en su vitrina el primer título nacional de su historia, pero en el fútbol la obligación y la ilusión, a un solo partido, puede tener muchas variantes.
A ello se unió, sin quererse reconocer abiertamente, que la formación que entrena el italiano Carlo Ancelotti tiene el próximo martes en el Santiago Bernabéu una cita de las marcadas en su calendario de cada temporada, la ida de una semifinal de la Liga de Campeones, en esta ocasión la que le mide al Manchester City.