Las empresas de transporte Tupsa y Catipsa que cubren la ruta de la ciudad de El Progreso-San Pedro Sula y viceversa decidieron paralizar sus unidades móviles debido al cobro de extorsión que realizan grupos criminales en el territorio hondureño.
Los conductores de estas unidades móviles recibieron una nota y un celular con un mensaje que los amenaza, amedrenta y les advirtieren que deberán pagar una cuantiosa cantidad monetaria.
«Ocupamos seguridad y operativos en las calles. A nosotros nos dicen que trabaje el que quiera, pero los perjudicados somos nosotros los transportistas, porque si nos matan solo van a recoger los rapiditos», dijo un afectado de este imparable delito.
Por su parte, la criminalidad y extorsión son flagelos que sufre la ciudadanía hondureña, desde el que tiene una pulpería, transportistas, emprendedores hasta la micro y pequeña empresa, quienes se ven obligados a pagar la cuota o a cerrar su negocio, que muchas veces es su única fuente de ingresos.