Algunas de las manifestaciones del 1 de mayo que se celebraron este lunes en Francia degeneraron en altercados por la acción de elementos violentos en ciudades como París, Lyon, Nantes, Toulouse o Besançon, y la consiguiente reacción policial.
En París, donde el cortejo sindical comenzó a las dos de la tarde en plaza de la República en dirección de la plaza de la Nación, los primeros incidentes se produjeron una hora después del inicio de la marcha. Entre los diversos daños ocasionados por loa manifestantes, se vieron escaparates de tiendas y de establecimientos bancarios reventados, así como contenedores y mobiliario urbano incendiados
La Policía respondió a la acción de grupos violentos con cargas y el lanzamiento de gases lacrimógenos en las distintas ciudades donde se produjeron incidentes. El Ministerio del Interior ha movilizado en total a 12.000 policías y gendarmes en toda Francia para hacer frente a incidentes, 5.000 de ellos en París.
Los servicios secretos habían calculado que entre 500.000 y 650.000 personas iban a desfilar en las 300 marchas organizadas por los sindicatos en todo el país, y que entre ellos iban a infiltrarse unos pocos miles de elementos radicales con intención de provocar altercados.
Los principales líderes sindicales ya habían denunciado las tentativas de los violentos de llevarse el protagonismo de estas manifestaciones, cuyo objetivo declarado es protestar una vez más contra la reforma de las pensiones, ya promulgada, y plantear reivindicaciones de cara a futuras discusiones con el Gobierno de Emmanuel Macron en los próximos días, en primer lugar de carácter salarial.