Sharon Lane, es una profesora de secundaria jubilada de 75 años en California, es una entusiasta de los viajes que se volvió aficionada a los cruceros, no solo por las oportunidades que le brindan de ver mundo, sino porque la sensación de estar a la deriva en el mar es una de sus favoritas.
El sueño de Lane era vivir en un crucero a tiempo completo, pero el elevado costo de este tipo de aventuras siempre ha sido un obstáculo. No obstante, ahora se encuentra vendiendo la mayoría de sus posesiones, renunciando a su contrato de alquiler y preparándose para una larga temporada en el mar.
Su casa por tres años será el Life at Sea Cruises quien vende plazas a bordo del MV Gemini, que zarpará de Estambul el 1 de noviembre en un épico viaje global que recorrerá la mayoría de los principales destinos de crucero del planeta.
Las habitaciones más baratas del MV Gemini cuestan unos US$ 30.000 al año, incluido un descuento para viajeros en solitario. Lane calculó que este coste era manejable, y decidió lanzarse.
Cabe mencionar que Lane, antes enseñaba idiomas y le encantaba llevar a sus alumnos de viaje a Europa. En los años 90, se fue a Ciudad del Cabo (Sudáfrica) para vivir dos años de aventuras.
El inicio de una nueva vida
La exprofesora eligió uno de los camarotes más baratos del barco, el que Life at Sea Cruises denomina «Virtual Inside». El camarote, de 40 metros cuadrados, no tiene ventana, pero a los huéspedes se les prometió una pantalla que transmitirá imágenes en directo desde el exterior del barco.
Por su parte, insiste en que la perspectiva de vivir tres años en una habitación sin luz natural no es desalentadora. Piensa tratar el camarote como un dormitorio: dormirá allí, pero no pasará mucho tiempo. Durante el día, se relajará en otro lugar del barco, paseando y disfrutando de las vistas del océano, o estará ocupada disfrutando de emocionantes excursiones.