Las maniobras militares organizadas por China en torno a Taiwán entraron este domingo (09.04.2023) en su segundo día, en el que el Ejército chino «llevó a cabo ataques simulados a objetivos clave en la isla y en las aguas circundantes». Decenas de aviones fueron desplegados para «volar en el espacio aéreo del objetivo» y las fuerzas terrestres llevaron a cabo simulacros de «ataques de precisión multiobjetivos», indicó la televisión pública china CCTV.
La cadena estatal de China informó de que el Ejército Popular de Liberación (el Ejército chino, EPL) «continuó su presión alrededor de la isla» como parte de los ejercicios, que se prolongarán hasta el lunes. El Teatro de Operaciones del Este del EPL ordenó «docenas» de incursiones de «aviones de alerta temprana, reconocimiento, ataque, bombardeo e interferencia», indicó el canal. Patrulleros del EPL «ocuparon posiciones de ataque» mediante «maniobras de alta velocidad». Asimismo, la fragata Xuzhou «realizó operaciones tácticas» en aguas al este de Taiwán, recogió la cadena, que mostró imágenes de fuerzas marítimas y aéreas chinas en acción.
Taiwán, por su parte, contabilizó hasta el mediodía (hora local) nueve navíos de guerra y 58 aviones militares alrededor de la isla, según anunció el Ministerio de Defensa taiwanés, que dijo que vigilaba los movimientos de las Fuerzas Armadas chinas mediante «un sistema de información y vigilancia conjunto». Ayer, primer día de las maniobras, contabilizó en total 71 aviones.
Escalada de tensión
El conocido periodista Hu Xijin explicó anoche en el diario local Global Times que las maniobras son «una explosión en el corazón y las entrañas de los separatistas de Taiwán», al tiempo que acusaba a Estados Unidos de «aumentar las ventas de armamento y ayuda militar» a la isla autogobernada. Un portavoz castrense definió las maniobras como «una seria advertencia» contra «la provocación de las fuerzas separatistas» y una «acción necesaria para proteger la soberanía nacional y la integridad territorial» de China.
China anunció ayer sábado los ejercicios militares en respuesta a la reunión este miércoles en California entre la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy. Taiwán calificó las maniobras de «un acto irracional que pone en peligro la seguridad y la estabilidad regionales».
La situación recuerda a la vivida en agosto pasado, cuando la visita a Taiwán de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, enfureció a Pekín, que respondió con maniobras militares alrededor de la isla a un viaje que describió como «farsa» y «traición deplorable».
Pekín considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949 tras perder la guerra civil contra el ejército comunista. La isla es uno de los mayores motivos de conflicto entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con China.