Los habitantes de la Aldea de Suyapa de Tegucigalpa promovieron la evangelización y el amor a Cristo a través de la vía dolorosa que sufrió Jesús por entregar su vida por amor a la humanidad.
Llenos de fe y devoción, así caminaron por las calles los fieles que en sus palabras agradecían tal sacrificio que cambió la historia de la humanidad.
El viacrucis fue la oportunidad perfecta para que cientos de personas meditaran los momentos y sufrimientos vividos por Jesús desde que fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz y posterior resurrección. Literalmente, viacrucis significa “camino de la cruz”. Al rezarlo, recuerdan con amor y agradecimiento lo mucho que Jesús sufrió por salvarlos del pecado durante su pasión y muerte.