Durante su audiencia general en la Plaza de San Pedro del 29 de marzo, el Papa Francisco pidió a los asistentes orar por las víctimas del incendio en una estación del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez que cobró la vida de 38 personas, según los más recientes datos oficiales.
“Recemos por los migrantes que fallecieron ayer en un trágico incendio en Ciudad Juárez, en México. Para que el Señor los reciba en su reino y dé consuelo a las familias. Recemos por ellos”, dijo el Sumo Pontífice luego de saludar a los peregrinos.
Entre la multitud que escuchaba las palabras del religioso había algunas personas que sostenían la bandera de México, según imágenes compartidas por el servicio de prensa de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés).
El fallecimiento de 38 personas en el inmueble del INM conmocionó a la sociedad mexicana y desató múltiples críticas a las políticas del Gobierno Federal en esta materia, pues las condiciones de las estaciones migratorias fueron señaladas como una de las principales causas de esta tragedia.
Uno de los sectores que se pronunció al respecto y manifestó su indignación fue la comunidad religiosa del país. Figuras relevantes de distintos grupos acusaron a la administración municipal, estatal y federal de haber incurrido en omisiones y de abandonar su responsabilidad con la dignidad humana de las personas migrantes.
El presbítero Javier Calvillo Salazar, director de la Casa del Migrante en Juárez A.C., declaró que, debido a que el incendio se originó en un inmueble a cargo del gobierno, la impartición de justicia para los migrantes heridos y las familias de las víctimas mortales debería apuntar, en primer lugar, hacia los funcionarios responsables.