Israel está sumido en su mayor crisis política desde su fundación como Estado en 1948. El país vive estas últimas semanas un auténtico caos social provocado por el empecinamiento del Gobierno de Benjamin Netanyahu en sacar adelante una controvertida reforma judicial que en la práctica supone el final de la separación de poderes y una clara involución democrática.
El proyecto judicial de Netanyahu busca mermar la independencia de la Justicia y aumentar el control del Gobierno sobre los tribunales hasta niveles más propios de un Estado autoritario. Entre sus controvertidas medidas incluye la «cláusula de anulación», por la que una mayoría parlamentaria podría revertir fallos del Supremo; además de dar al Gobierno control casi total sobre la elección de los jueces y permitir que cargos políticos ocupen los puestos de asesores legales de los ministerios.
El proyecto judicial de Netanyahu busca mermar la independencia de la Justicia y aumentar el control del Gobierno sobre los tribunales hasta niveles más propios de un Estado autoritario. Entre sus controvertidas medidas incluye la «cláusula de anulación», por la que una mayoría parlamentaria podría revertir fallos del Supremo; además de dar al Gobierno control casi total sobre la elección de los jueces y permitir que cargos políticos ocupen los puestos de asesores legales de los ministerios.
La tensión política y social en el país alcanza cotas desconocidas en sus 75 años de historia. En los últimos días esa tensión ha ido a más. Muestra de ello es lo que ocurrió este pasado domingo, cuando 650.000 personas salieron de forma espontánea a la calle después de que Netanyahu cesara al ministro de Defensa, Yoav Gallant, por pedir que se frene la tramitación de la reforma judicial en la Kneset (Parlamento israelí).
Gallant, –veterano del Likud, el partido de Netanyahu– ha sido el primer miembro del su gobierno en expresar su preocupación por el impacto social de la reforma, que consideró un «peligro inminente para la seguridad del país», después de que miles de reservistas de élite se negaran a servir en el Ejército en protesta por esa legislación que quiere aprobar el Ejecutivo.
Situación complicada en el país
Hasta ahora la oposición a la reforma judicial de Netanyahu estaba siendo encabezada por los sindicatos y la izquierda, pero el hecho de que ahora se sumen a la protesta los militares y miembros de las fuerzas de seguridad del Estado supone una vuelta de tuerca que dispara la tensión en todo el país.
De hecho, la situación en Israel este lunes es muy complicada: la Unión General de Trabajadores de Israel, el principal sindicato del país ya ha paralizado el tráfico aéreo del aeropuerto internacional de Ben Gurión, en Tel Aviv, mientras las universidades del país han interrumpido sus clases; y hasta un grupo de alcaldes y líderes municipales amenazan con comenzar una huelga de hambre.
Tanta es la tensión que el presidente de Israel, Isaac Herzog, hizo este lunes un llamamiento urgente a Netanyahu para «actuar con responsabilidad y valentía» y detener «de inmediato» el proceso legislativo de la polémica reforma judicial. «Por el bien de la unidad del pueblo de Israel, por el bien de la responsabilidad necesaria, les pido que detengan el proceso legislativo de inmediato», afirmó Herzog en un comunicado en medio de las mayores protestas de la historia del país.
Amenaza de huelga general
A todo ello hay que sumar la amenaza de una huelga general. La Unión General de Trabajadores de Israel anunció este lunes que si el Gobierno no detiene la reforma judicial, comenzará una huelga general que se extendería a incontables sectores de la economía y a los principales hospitales del país.
Tras dos días de masivas protestas, Arnon Bar-David, presidente del sindicato, dijo este lunes que no le quedaba más remedio que amenazar con la huelga general. «Hice todo lo que pude durante las últimas semanas para evitar esta situación», dijo Bar-David.
Ante esta situación, se espera que Netanyahu haga una comparecencia en las próximas horas con un anuncio importante. Muchos analistas anticipan que Netanyahu anunciará la suspensión de la reforma judicial. En ese sentido, medios locales informan este lunes de que el mandatario enfrenta una crisis dentro de su Gobierno en torno a esta decisión, tras las amenazas de parlamentarios ultraderechistas de abandonar la coalición en caso de que se frene la reforma, por lo que no es seguro que Netanyahu vaya a hacerlo.