Al borde de una crisis política inédita alimentada por la aprobación sin voto de la reforma de las pensiones, el Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, afronta este lunes su hora de la verdad, cuando encare dos mociones de censura cuya aprobación depende de los votos de un partido conservador dividido.
En la víspera de esa crucial votación, se celebró la cuarta jornada seguida de protestas espontáneas y sin autorización.
En París, una marcha irrumpió en el centro comercial de Forum Les Halles, en pleno centro de la capital, sin que, hasta el momento, se registrasen incidentes reseñables.
La presión social en la víspera de la votación fue mencionada por la presidenta de la Asamblea Nacional, la macronista Yael Braun-Pivet, quien, en la cadena de televisión BFMTV, aprovechó para denunciar un clima de intimidación contra los diputados oficialistas.
En la tercera noche seguida de manifestaciones espontáneas, hubo al menos un centenar de arrestos en toda Francia, sobre todo en París.