El Gobierno planea aumentar las ayudas para el cuidado de los hijos, proporcionar ayudas para la vivienda a las familias jóvenes que están criando a sus hijos, trabajar para reducir los costes de la educación y aumentar los salarios de los trabajadores más jóvenes
El primer ministro Fumio Kishida afirmó que el periodo hasta 2030 es la “última oportunidad” para invertir el descenso de la natalidad, que amenaza las perspectivas económicas a largo plazo de Japón, al tiempo que presentaba políticas destinadas a aliviar las cargas financieras de los padres.
En una rueda de prensa celebrada el viernes, Kishida dijo que su gobierno planea aumentar las ayudas para el cuidado de los hijos, proporcionar ayudas para la vivienda a las familias jóvenes que están criando a sus hijos, trabajar para reducir los costes de la educación y aumentar los salarios de los trabajadores más jóvenes.
La falta de nacimientos significa que Japón tendrá una mano de obra más reducida y menos contribuyentes para sostener la tercera economía mundial en los próximos años. El creciente coste del cuidado de sus ciudadanos de edad avanzada, que representan una proporción de la población mayor que en cualquier otro país, está vaciando las arcas de la nación, contribuyendo a convertirla en el país más endeudado del mundo.