La quiebra del Silicon Valley Bank el pasado viernes ha causado un seísmo en los mercados financieros mundiales, que han registrado importantes pérdidas este lunes entre el miedo de los inversores a que pueda haber más entidades afectadas por la misma situación. Los inversores se han lanzado a vender acciones, especialmente en empresas financieras, ante el temor a que se produzca un efecto contagio como el ocurrido en 2008.
El IBEX 35, el índice bursátil de referencia en España registraba, pasadas las dos de la tarde, una caída del 3% con oscilaciones arriba y abajo de los 9.000 puntos. El bajón en los mercados se replicaba en otras plazas europeas, con el CAC 40 francés en números rojos del 2,7%, el DAX alemán cayendo al 3,3% o el FTSE 100 inglés haciéndolo al 2,5%.
Las entidades financieras se llevaban las mayores pérdidas, con un desplome de más del 6% en todos los bancos cotizados en el IBEX, que junto suponen uno de cada cuatro euros del valor del índice. Pasadas las dos de la tarde, el Banco Sabadell -con una caída del 10,5%- encabezaba el desplome del selectivo español. Tras él, aparecían Bankinter (7,8%), Santander (7,7%), Unicaja y BBVA (6,6%) y Caixabank (6%). Solo las energéticas REC (+1.8%), Enagás (+1,7%), Naturgy (+1,2%), Iberdrola (+0,8%), Solaria (+0,2%) y Acciona (+0,1%) lograban escapar del farolillo rojo del IBEX.
La quiebra del SVB, cuyos activos rondaban los 209.000 millones de dólares antes de ser intervenido, es la segunda más grande de la historia de la banca tradicional estadounidense. Solo la supera la bancarrota de Washington Mutual en 2008, que contaba con activos valorados en 328.000 millones de dólares. El caso de Lehman Brothers, que quebró en 2008 con activos valorados en 680.000 millones, es algo diferente pues la mayor parte de su negocio estaba en la inversión y no en los préstamos y depósitos.
Tras el desplome del SVB, sus activos han sido transferidos a la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC por sus siglas en inglés), un organismo independiente encargada de garantizar que los clientes de un banco recuperen sus depósitos cuando una entidad quiebra. La FDIC ha garantizado que todos los depositantes tendrán «acceso total a sus fondos» como siempre. Una garantía que no se ha extendido a los accionistas de la entidad, que perderán su inversión. El compromiso de cubrir el 100% de los depósitos no ha sido suficiente para calmar a los mercados, que temen un efecto contagio.
Efecto contagio
Por el momento, la mayoría de analistas coinciden en que el de SVB es un caso relativamente aislado en el sistema financiero. Borja Rivera, profesor en EAE Business School y asesor en GVC Gaesco, sostiene que por ahora solo se ha producido a un microcontagio. La entidad Signature Bank, con sede en Nueva York y activos por valor en 110.000 millones de dólares, también ha sido intervenida por la FDIC.
Los analistas del banco ING coinciden que el de SVB es un caso atípico, aunque consideran que es «demasiado pronto para dar por cerrado el asunto». «Hasta el momento, parece que los bancos en potenciales problemas son pocos y lo que es más importante, no se extienden a los llamados de importancia sistémica», señalan. No obstante, comentan, el temor al contagio genera riesgos «incómodamente elevados». «Al final, el sistema bancario es un juego de confianza, así que tiene que haber garantías de que el riesgo de fallo del sistema es bajo«, concluyen.
Los expertos de Deutsche Bank, otra entidad financiera, creen que la quiebra de SVB pone de manifiesto cómo un problema que en principio se focalizaba en el sector de las tecnológicas -los clientes de SVB eran fundamentalmente tecnológicas y start ups de Silicon Valley- puede acabar afectando a otros mercados. Sus analistas sostienen que todavía es demasiado pronto como para dar por finalizada la alarma y ponen de manifiesto que la Reserva Federal tendrá que revisar sus planes para subir los tipos de interés. «El listón para que la Fed reacelere el endurecimiento [de la política monetaria] es significativamente más alto y el punto final probable de ese endurecimiento, más bajo», defienden.
Por su parte, Ismael de la Cruz, analista en Investing.com, cree que el contagio tras la quiebra de SVB «no debería ir a más». «La caída del SVB es un problema grave, pero las preocupaciones sobre el sector bancario en general no están justificadas y menos aun sobre los grandes bancos. La reacción instintiva del mercado parece algo exagerada. Ha provocado un gran impacto psicológico que ha despertado los viejos demonios del mercado. Pero ya sabemos que cuando pasa algo los inversores primero venden y luego se preocupan de ver qué ha pasado y de analizarlo», sostiene.