Cuando los espectadores vieron al personaje de Sharon Stone en “Bajos instintos” (Basic Instinct, en inglés) cruzar las piernas y exponer brevemente sus genitales durante un interrogatorio policial, la infame escena ayudó a consolidarla como un símbolo sexual de los 90 en lo que los críticos aclamaron como una actuación estelar.
Pero el memorable momento, del que Stone ha afirmado durante mucho tiempo no haber tenido conocimiento durante el rodaje, tuvo un impacto más significativo y doloroso en su vida personal décadas después, según ha declarado esta semana: le costó la custodia de su hijo pequeño.
En una entrevista en el podcast “Table for Two”, Stone afirmó que el prejuicio judicial se desencadenó durante su divorcio en 2004, cuando el juez que presidía el tribunal preguntó a su hijo de entonces 4 años, Roan, si sabía que su madre protagonizaba “películas sexuales”.
“Perdí la custodia de mi hijo”, dijo Stone al presentador Bruce Bozzi el martes. “El juez le preguntó a mi hijo, a mi pequeñín: ‘¿Sabes que tu madre hace películas de sexo?”.
Stone, de 64 años, dijo que la escena fue “utilizada como arma contra ella” durante el proceso de divorcio con su ex marido Phil Bronstein, que solicitó el divorcio en 2003. El caso se centró en la custodia de Roan, que ahora tiene 22 años y que la pareja había adoptado en 2000.