Representantes del Ayuntamiento de Tudela y de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, junto a un biznieto Joaquín Gaztambide, han comprobado este martes en el cementerio de la localidad lo que ya se sospechaba: el cuerpo del músico navarro no está en el que se creía que era su ataúd.
Con gran expectación, el alcalde, Alejandro Toquero; el antropólogo forense Paco Etxeberría; el biznieto del ilustre compositor tudelano, también llamado Joaquín Gaztambide, y la jefa del archivo municipal, Beatriz Pérez, han asistido a la extracción de su nicho de la tumba de latón atribuida al compositor y a la apertura de la misma. «Tengo que informar de que no está Joaquín Gaztambide donde creíamos que estaba», ha declarado Toquero.
No van a hacer falta las pruebas de ADN a las que se había prestado el biznieto de Gaztambide. Los antropólogos han confirmado inmediatamente que el cuerpo que reposaba en el ataúd era el de una mujer, que de hecho fue enterrada junto a unos zapatos rojos de tacón.
Algo ha fallado en esta historia. Joaquín Gaztambide, prolífico autor de zarzuelas, falleció en 1870 en Madrid, donde sus restos se enterraron en el cementerio Patriarcal de la ciudad. En 1921, el Ayuntamiento de Tudela, con el objetivo de construirle un panteón, consiguió que se autorizara el traslado del cuerpo a su localidad natal.