Un misterioso caso está agitando a la opinión pública británica. La muerte de tres jóvenes en lo que parece un accidente de tráfico después de una noche de fiesta, que no fue tomado en consideración por las fuerzas policiales.
La historia comienza el pasado sábado. Cinco personas, tres chicas y dos chicos salieron de fiesta en Gales. A Sophie Russon, de 20 años, Eve Smith, de 21, y Darcy Ross, de 21, las vieron por última vez saliendo de un bar de la localidad de Newport. Todo apunta a que subieron a un coche con dos jóvenes Rafel Jeanne, de 24 años, y Shane Loughlin, de 32, ambos de Cardiff. Al parecer recorrieron más de 50 kilómetros para ir a un parque de caravanas de la localidad costera de Porthcawl, en el condado de Bridgend, antes de ser vistos por última vez en Llanedeyrn, Cardiff. Allí se les perdió el rastro. Estuvieron desaparecidos durante dos días.
Durante el fin de semana, familiares y amigos de los desaparecidos recurrieron a las redes sociales para pedir ayuda en un intento de encontrarlos, según la BBC. También lo comunicaron a la policía, que no dio importancia a lo sucedido.
Todo desembocó en tragedia. El automóvil en el que viajaban fue encontrado a primera hora del lunes en la A48 en St. Mellons, una de las principales carreteras de la ciudad. La policía cree que el coche se vio implicado en un accidente y se salió de la carretera.Hay tres personas muertas (dos de las chicas y uno de los jóvenes) y otras dos fueron trasladadas al hospital con heridas graves.
Parece que la actuación policial no fue la correcta. Por lo menos es lo que afirma la madre de Sophie Russon una de las heridas graves en el accidente. Relató a la BBC, que los policías le dijeron que «dejara de llamar» por la desaparición de su hija. Pensaban, según su progenitora, que estaba de resaca en algún lugar. El caso se ha remitido a la oficina independiente de Conducta Policial, de acuerdo con el procedimiento habitual, cuenta la BBC.