En Argentina, una enfermera de una abuelita de 89 años aprovechó que ella dormía para robarle sus joyas. Quitandole un anillo de matrimonio y una pulsera que la abuelita llevaba puesta. Pero lo que no sabía, es que el hecho quedaría registrado en cámaras de seguridad, y fue negado en un principio por la cuidadora. Ella señaló que debió haber sido el perro quien se llevó la joyería.
El hijo de la anciana declaró que un día después del robo, la enfermera le señaló que ya no podía continuar cuidando a la anciana. Extrañado por su repentina renuncia, decidió revisar las cámaras de seguridad. ¿y cuál fue la sorpresa para él? se veía cómo la cuidadora de su mamá le quitaba sus joyas. Con esta evidencia, decidió contactarla para cuestionarle por el paradero de ellas. Increíblemente, la mujer respondió que tal vez el perro se lo había tragado y que debían estar atentos a sus evacuaciones para recuperar el anillo y la pulsera.
De acuerdo con los medios locales, lo robado está valorizado en 43 mil pesos argentinos (200 dólares) e, inclusive, ya fue vendido por la enfermera en una joyería, en la cual se fundieron. El hijo de la abuelita, ha abierto también un juicio a la empresa que recomendó a la implicada.