La feligresía ceibeña despidió con todos los honores a Monseñor Miguel Lenihan, un personaje muy querido por los católicos.
El 11 de marzo, Lenihan tiene que reportarse en San Pedro Sula, donde continuará sirviendo en una nueva diócesis. Fueron 11 años los que Monseñor estuvo en «La Novia de Honduras».
«Hemos cumplido la misión, creamos la diosesis, la vimos crecer y madurar, queda establecida como una buena organización y sigue adelante. Yo fui el primer obispo de La Ceiba y ya viene el segundo», dijo. «Trabajemos por la iglesia con amor y ayudemos a los hermanos, a los necesitados».