Cuatro de cada 10 españoles ya no escriben a mano utilizando lápiz y papel como tradicionalmente se hacía en el siglo pasado. Muchos de ellos prefieren utilizar los aparatos electrónicos o la expresión verbal para transmitir sus ideas.
Se dice que aprender a escribir a mano ayudó a Steve Jobs a triunfar. El fundador de Apple se apuntó a un curso de caligrafía en la universidad donde aprendió a apreciar las tipografías que más tarde instaló en su primer Macintosh.
El profesor de filosofía, Carlos González, dijo que, «Escribir a mano mejora el aprendizaje, retrasa el deterioro cognitivo, potencia nuestra memoria y la asociación de ideas y reduce los niveles de estrés; además, escribir es rebelarse frente al imperio de las prisas, que anestesian la capacidad para pensar. Lo defiendo en la tele».
González recomienda que a pesar de la tecnología, los niños deben seguir aprendiendo con el lápiz y papel.