Una investigación revela que los machos adultos de osos pardos, además de usar señales químicas y acústicas, también muerden y arañan la corteza de los árboles durante la época de celo. Estas marcas ayudan a localizar las áreas reproductivas de la especie, un dato esencial para el éxito de los planes de conservación.
Por primera vez, un estudio aporta evidencias de que, además de la comunicación mediante señales químicas, los osos pardos, Ursus arctos, realizan señales visuales arrancando la corteza de ciertos árboles para comunicarse.
Esta investigación, liderada por el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) y en la que participan Estación Biológica de Doñana (EBD) y el Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (IMIB), todos del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas), pone de manifiesto que las señales visuales las realizan exclusivamente los machos adultos y únicamente están vinculadas con las necesidades reproductivas de la especie.