Las autoridades turcas decidieron poner fin este martes (21.02.2023) a la búsqueda de supervivientes en la provincia de Hatay, la más afectada por los terremotos del pasado 6 de febrero y que sufrió dos nuevos temblores en la noche del lunes. La región era la última que seguía buscando personas vivas entre los escombros y ahora comienza en duro proceso de remover los edificios derrumbados para rescatar cuerpos.
Los sismos del 20 de febrero, de magnitud 6,4 y 5,8, hicieron que numerosos edificios que ya habían quedado muy dañados por los terremotos de hace dos semanas cedieran, dejando en condiciones menos estables las zonas en las que trabajaban los rescatistas. Esos derrumbes del lunes causaron la muerte de 6 personas, y dejaron 294 con lesiones, 18 de ellas de gravedad.
Al menos tres de las seis víctimas eran personas que habían entrado en edificios vacíos aún en pie para recuperar sus pertenencias, una práctica habitual estos días, pero muy arriesgada como ha mostrado el temblor de anoche. La agencia turca de asistencia de desastres AFAD hizo un llamado explícito a las personas a no ingresar a los edificios por el peligro latente de derrumbe.
«No es más un lugar seguro”
«Hatay ya no es más un lugar seguro. Pudimos oír a varios edificios colapsando”, dijo a AFP Mehmet Irmak, un trabajador local que lleva dos semanas durmiendo en su coche. «Esperamos que amanezca, pero no sabemos qué va a pasar”, explicó. Otras personas dijeron a la misma agencia de noticias que están tratando de reunir algunas pertenencias antes de abandonar definitivamente la ciudad.
La cifra total de muertos en Turquía llegó este martes a 42.310, mientras que en Siria se han encontrado 3.688 fallecidos. Las autoridades dan por sentado que esa cifra aumentará al menos al doble ahora que en Hatay comience la remoción de escombros con maquinaria pesada para limpiar los decenas de miles de hogares que sucumbieron ante la seguidilla de fuertes movimientos telúricos.
