“Hubo noches en las que me cansaba mucho solo de pensar en llegar a casa, hasta me quería dar por vencida, pero la maestra me pidió que me quedara, para animar a los más jóvenes y hoy gané”, dijo Osmarina Duarte de Sousa a Seduc.
Por distintos motivos, podemos terminar postergando un sueño que esperábamos hacer realidad a cierta edad, como suele ser el caso de estudiar.
Hay muchas personas que piensan que los estudios son para los más jóvenes y que no si no pudieron aprovechar la oportunidad, simplemente se perdió, pero hay otras que no desean detenerse y aceptan el desafío con tal de ser felices. Ese es el ejemplo de Osmarina Duarte de Sousa, una mujer que trabajaba como empleada doméstica y cumplió su sueño de estudiar Enfermería.
Osmarina ingresó al Centro Estatal de Educación Profesional José Pacífico de Moura Neto en la ciudad de Teresina (Brasil) donde realizó un curso técnico de Enfermería, y después de mucho esfuerzo y dedicación pudo celebrar su graduación junto a otros 21 compañeros a sus 83 años de edad.
Un logro que significa mucho para Osmarina después de haber enfrentado desafíos desde muy joven. “Llevé una vida muy humilde, tuve que trabajar desde muy pequeña como empleada doméstica de otras familias, entonces no pude tener hijos, ya que no hubiera podido cuidarlos. Aun así, hice muchos amigos donde viví y hoy los puedo considerar como mi familia”, dijo a Seduc.
“A pesar de todo, siempre soñé con estudiar, tomé algunos cursos profesionales (de corta duración) y finalmente logré terminar mi bachillerato con un curso técnico en Enfermería. Es un sueño hecho realidad, estoy muy feliz“, agregó.
Y mientras la mujer vestía su toga y birrete durante la ceremonia, levantó con orgullo su diploma que la motiva a querer cumplir más sueños, entre ellos ayudar a personas enfermas y necesitadas como también continuar con sus estudios.
“Quiero tomar el curso de computación para abrir mi mente aún más a las tecnologías. Tuve mucha ayuda de mis compañeros para usar la computadora para estudiar, estoy muy agradecida con ellos, los maestros, el coordinador y el director de la escuela que me apoyaron mucho y me animaron a terminar mi curso, a pesar de las dificultades“, comentó Osmarina al sitio, repasando los desafíos a los que se enfrentó.
“Hubo noches en las que me cansaba mucho, solo de pensar en llegar a casa, hasta me quería dar por vencida, pero la maestra me pidió que me quedara, para animar a los más jóvenes y hoy gané”, agregó.
Y con su determinación y esfuerzo, Osmarina no solo se convirtió en una graduada más, sino que en todo un ejemplo de que la edad no nos limita y que nunca es tarde para cumplir nuestros sueños.