Tres personas -entre ellos un niño que murió después- fueron rescatadas este sábado con vida tras 296 horas atrapados bajo los escombros de un edificio derruido en la ciudad de Antioquía, en Turquía, por los fuertes terremotos que asolaron la región hace trece días.
Según ha informado la agencia oficial Anadolu, un equipo de rescate de Kirguizistán logró salvar a Samir Muhammed Accar, su esposa Ragda y su hijo de 12 años, que habían quedado bajo las ruinas del edificio de apartamentos donde tenían su vivienda.
Poco después, la misma fuente indicó que el niño había fallecido tras su rescate, mientras que los dos adultos fueron hospitalizados con heridas de diverso grado. Los cuerpos de otros dos niños de la misma familia, que según Anadolu no son turcos, fueron recuperados de las mismas ruinas.
La nacionalidad de estas víctimas no ha sido revelada, pero los medios, en base a sus nombres, apuntan a que son de Siria. En la región turca afectada viven muchos de los 3,5 millones de refugiados sirios que acoge Turquía.
El equipo de Kirguizistán es uno de los pocos internacionales que quedan en el país euroasiático, pues la mayoría han regresado ya a otros países.
Los seísmos de 7,7 y 7,6 grados de magnitud que sacudieron el pasado día 6 de febrero a once provincias de Turquía han causado al menos la muerte 39.772 personas en este país euroasiático, según informó en la noche de este viernes el ministro turco de Interior, Suleyman Soylu.
Junto a las cerca de 5.000 víctimas mortales registradas hasta ahora en Siria, la cifra total supera ya las 45.000 y, según los expertos, aún subirá de forma considerable pues quedan decenas de miles de cuerpos bajo los escombros de los edificios colapsados, lo que hace de estos terremotos la peor catástrofe en la región en más de un siglo.