L’Equipe’ publica un reportaje con testimonios de los vecinos del jugador brasileño Neymar en Bougival, una acomodada población de 8.000 habitantes a las afueras de París.
«Esta persona no tiene ningún respeto. El hecho de que sea Neymar no le excusa. Algunas de sus fiestas han durado 48 horas», se queja un habitante de la población.
El último ejemplo fue la celebración del último cumpleaños del jugador, el pasado 5 de febrero, con música al aire libre hasta la medianoche en el terreno de 5.000 metros cuadrados que tiene su mansión.
El propio alcalde, Luc Watelle, se confesó «impotente» en las páginas de ‘Le Parisien’ por las frecuentes y ruidosas fiestas del brasileño.
Otros vecinos se sienten menos molestos. «Se oyen gritos de chicas y rugidos de motores, pero es aceptable. Ocurre una vez al mes como máximo», puntualiza otro habitante.