El papa Francisco recibió hoy en el Vaticano a un grupo de empresarios mexicanos y les recordó la importancia de “poner en primer lugar el bien común” y “dejar de lado la lógica mundana del yo, del éxito, del dominio y del dinero“.
“Les repito la frase que se dice en México, mi casa es su casa. Y es que, para todos los católicos, el Vaticano también es como su casa; es un lugar en el que los hijos de la Iglesia pueden encontrarse y alabar a Dios en familia”, comenzó el papa su discurso a los empresarios.
Francisco constató que el mundo está experimentando “cómo las guerras causan estragos en toda la familia humana, provocando sufrimiento y pobreza”.
“Estamos perdiendo el sentido de ser familia, de respetarnos y tolerarnos aún con nuestras diferencias y dificultades”, añadió, por lo que “el capital más importante que podemos tener es el capital espiritual”.
Cuando el Señor toca nuestros corazones, ampliamos nuestra mirada y somos capaces de ver a los necesitados y de cuidar la creación; somos capaces de poner en primer lugar el bien común, el nosotros propio de una familia, para dejar de lado la lógica mundana del yo, del éxito, del dominio y del dinero”, agregó.
Destacó que “poco a poco vemos las consecuencias de nuestras conciencias adormecidas por la comodidad, que lleva a perder de vista a aquellos que están sufriendo o siendo descartados. Y sin querer vamos adquiriendo este movimiento de centrarnos sobre nosotros mismos”.
“El famoso Yo, me, mi, conmigo, para mí; es un hábito que inconscientemente nos puede agarrar a todos. ¡Alerta!”, dejó en claro Francisco.
También les instó “a contribuir para que en la sociedad haya cada vez más artesanos de paz y de una cultura del encuentro”.