Un zoológico de Estados Unidos anunció que en sus instalaciones vive el ratón más viejo del mundo. El roedor lleva el nombre de uno de los capitanes de la nave Enterprise, de la serie ‘Star Trek’, Patrick Stewart.
Pat, el ratón de bolsillo del Pacífico, la especie de ratón más pequeña de América del Norte, se llevó el título cuando cumplió 9 años y 209 días, el pasado miércoles 8 de febrero.
Los funcionarios de la Alianza de Vida Silvestre del Zoológico de San Diego confirmaron que Pat todavía estaba fuerte el jueves.
El ratón más viejo del mundo, cuya longevidad fue reconocida por Guinness World Records, pesa menos de seis gramos (un quinto de onza).
Y a diferencia de su homónimo, quien como el capitán Jean-Luc Picard comandó la nave espacial Enterprise, el ratón más viejo del mundo está cubierto de pelo.
La especie obtuvo su nombre debido a las bolsas en sus mejillas, que se utilizan para transportar alimentos y materiales para anidar.
Los animales como el ratón más viejo del mundo se encuentran en matorrales costeros, dunas y riberas cercanas al Océano Pacífico.
La invasión humana dejó a la especie luchando y se pensó que estaba extinta hasta que se descubrió una pequeña población en 1994.
Los expertos de San Diego Zoo Wildlife Alliance, cuyo programa de cría ha ayudado a recuperar al ratón de bolsillo del Pacífico, dijeron que los pequeños animales son vitales para los ecosistemas porque distribuyen semillas y fomentan el crecimiento de las plantas a través de sus excavaciones.
«Este reconocimiento también es un símbolo de aprecio por las especies de las que la gente no sabe mucho porque no son megafauna carismática, pero son igualmente críticas para la función del ecosistema», dijo Debra Shier de la alianza de vida silvestre.
«Estas especies pasadas por alto a menudo se pueden encontrar en nuestros propios patios traseros, como el ratón de bolsillo del Pacífico», añadió.
Un joven británico llamado Jaxon Feeley compartió en redes sociales que iba a vender su casa para costear los gastos médicos de su perrita, Rambo, que había entrado en shock hipovolémico, un estado que impide al corazón bombear la cantidad de sangre suficiente al cuerpo.
La mascota, incluso, llegó a vomitar por lo menos 30 veces en una noche.
El tratamiento del animal superaba los 100 millones de pesos y por eso su dueño pensó en vender su casa, pero la solidaridad de la gente le permitió conservar su techo y brindarle a su perrita los cuidados que necesitaba.
“Será un largo camino hacia la recuperación para ella y todavía requiere observación las 24 horas del día, los 7 días de la semana Sin embargo, hicimos lo que dijimos que haríamos, volvimos a casa”, compartió en sus redes.