No es ningún secreto que las tangas están de moda, ya que celebrities como Dua Lipa, Karol G o Kylie Jenner han comenzado a mostrar sus looks más reveladores con esta prenda como protagonista, perfectamente combinada con pantalones anchos o minifaldas. Esto permite que la pieza se vea de la manera más sexy y moderna posible. Aunque en realidad esta fiebre empieza a ser muy popular y mucha gente no quiere dejarla, lo cierto es que su uso diario supone un riesgo potencial para la salud.
Uno de los principales motivos es que es una zona muy delicada, por lo que siempre es recomendable elegir ropa interior de material adecuado e ideal, que absorba el sudor y sobre todo, que no acumule humedad. Por si fuera poco, el tamaño tan delgado del famoso hilo de las tangas también puede hacer que las propias bacterias del cuerpo se muevan de una zona a otra, y el riesgo de complicaciones es aún mayor cuando se trabaja con zonas íntimas.
Lo anterior por el roce constante que tiene la prenda con dichas zonas del cuerpo y la principal preocupación de ello, al menos dentro del gremio médico, es que en esta área la presencia de «microorganismos, bacterias y parásitos» es muy frecuente y de importancia. De acuerdo con la experta, el contacto directo de las tangas puede ocasionar y facilitar que todo lo anterior no sólo afecte esta región en la que habitan, sino también extenderlos a la famosa zona V hasta ocasionar complicaciones de salud.
Pero más allá de usarlas o no con frecuencia también se deben de tomar en cuenta otros aspectos básicos y fundamentales, ya que una buena higiene es fundamental para prevenir las infecciones vaginales. Asimismo, no se debe de olvidar que existen muchos factores que las detonen, y van desde el punto anterior, hasta encuentros sexuales u otras afecciones como la diabetes, en especial cuando se habla de aquellas en vías urinarias.
Por otro lado, al llevarlas también se debe de prestar atención a los materiales con las que fue diseñada y es que tal y como advierten los expertos, en algodón es la clave para evitar problemas de salud o al menos reducir el riesgo.