La estela de olor de un ser humano puede actuar como un rastro invisible de “migas de pan” para un animal con un olfato tan desarrollado como es el caso excepcional de los perros de búsqueda y rescate, que estos días están acudiendo junto a sus guías procedentes de distintos países hacia Turquía para ayudar en la localización de víctimas. Hasta 70 canes han partido ya al escenario del terrible terremoto.
En su adiestramiento se utilizan diferentes técnicas, que a su vez llevan un adiestramiento específico según el equipo de búsqueda vaya a utilizar una u otra, y cuya fase de preparación ronda los dos años.
Reino Unido, México, Holanda, India, Países Bajos, Polonia, Libia, Grecia y Romania enviaron perros de rescate, así como especialistas y médicos a las provincias afectadas.
Los perros han demostrado ser capaces de rastrear la presencia de drogas, especies animales en peligro de extinción en aduanas, venenos, tumores, diabetes, primeras señales de un ataque epiléptico o incluso el virus SARS-CoV-2, donde han demostrado ser asombrosamente precisos, hasta bajo técnicas de triple ciego.