Unos 3,500 muertos y 15 mil heridos dejó el terremoto que sacudió el sur de Turquía y el norte de Siria. El movimiento telúrico fue de 7.8 grados de magnitud y posteriormente se produjo uno de 7.5.
Los equipos de rescate siguen trabajando fuerte para salvar a las personas que se encuentran debajo de los escombros.
Según los servicios de emergencias, más de 7,300 personas han sido extraídas. Cientos de personas tendrán que dormir en la calle porque los refugios son insuficientes. Lo que más dificulta las labores de rescate son las bajas temperaturas que imperan en el lugar.
El nivel de destrucción confirma el sismo como el más nefasto en los últimos 80 años en Turquía.