Como si se tratara de un sketch cómico, los encargados de llevar comida a domicilio no dejaban de llamar a la puerta de la casa de la familia Stonehouse en Detroit, Michigan. ¿El motivo? El más pequeño de la casa ordenó mil dólares en alimentos.
Los hechos sucedieron el pasado sábado, cuando Keith Stonehouse le prestó a su pequeño hijo su teléfono celular para jugar y distraerse un rato, mientras su mamá disfrutaba una película con sus amigos. Cuando el confiado Keith llevó a su hijo a la cama, comenzaron a llegar los pedidos de comida.
«Fue como si se tratara de un sketch de «Saturday Night Live». Probablemente estaba en un enojo de grado 9.5 cuando sucedió, al otro día estaba en 8 y ahora estoy como en tres. Todavía no me parece gracioso, pero puedo reírme un poco», señaló Stonehouse al medio local MLive.
Aunque el banco al que pertenece la tarjeta con la que Keith Stonehouse está registrado en GrubHub bloqueó algunos cargos, la gran mayoría de los pedidos llegaron a su casa y no pudieron ser devueltos, por lo que la comida terminó llenando los refrigeradores de la familia, la cual se dedica a la pastelería.
«Tiene 6 años de edad, así que no necesariamente comprende lo que hizo. Para tratar de explicarle, sacamos dinero de su alcancía para pagar parte de la comida. Podría decir que estaba triste, pero no sabemos si realmente lo comprendió. Eso es lo frustrante», señaló Stonehouse.
Un total de 115 dólares que le habían obsequiado al pequeño por su cumpleaños fueron destinados a pagar parte de la deuda, mientras que la comida fue repartida entre familiares y amigos de los Stonehouse, quienes pudieron saborear helados, pizzas, shawarmas y otras delicias pedidas por el niño.
La historia parece que tendrá un final feliz, pues la empresa GrubHub le dio a los Stonehouse cupones por mil dólares para pedir más comida, además de ofrecerles un empleo en una campaña publicitaria.