Con sus rostros llenos de fe, sus manos en alto en forma de agradecimiento, y sus rodillas inclinadas, así celebran millones de feligreses el 276 aniversario de la Morenita de Honduras en la Basílica de Suyapa en Tegucigalpa.
Cinthia, es una feligresa que se trasladó desde la colonia Villa Cristina de Tegucigalpa hasta la Basílica de Suyapa a pedirle a la Morenita de Honduras que se erradique la pobreza en Honduras.
Por otra parte, don Pablo llegó desde el municipio de San Esteban del departamento de Olancho a intercederle a la Virgencita de Suyapa por un milagro familiar.
Nuestra Señora de Suyapa mide seis centímetros y medio; obra muy antigua posiblemente trabajada con devoción por algún artista aficionado. En su mirada angelical se refleja la nobleza de la raza indígena. Es morena, de rostro ovalado, mejillas redondeadas, y su lacia cabellera le llega hasta los hombros.
En el año 1925, el papa Pío XII declaró a Nuestra Señora de Suyapa, Patrona de la República de Honduras, y se escogió el 3 de febrero como el día de la celebración patronal, con misa y oficio propios.
Su nombre Suyapa es criollo, proveniente de vocablo “Coyapa”, que significa agua de las palmeras. La Virgen de Suyapa mide 6.5 centímetros y está hecha de madera de cedro. Su tonalidad un tanto oscura se asemeja al color de piel que tiene la mujer hondureña, así como las facciones de su rostro y su cabello, la posición de sus manos indican fe y oración, algo muy significativo para quienes la visitan cada año desde tierra adentro.