Los sacerdotes extranjeros ordenados en el Seminario de Managua han solicitado marcharse a sus países, lo que «merma» la labor de la Iglesia católica en Nicaragua, dijo el el cardenal Leopoldo Brenes.
«Los sacerdotes que han salido del Seminario, los catecúmenos ordenados aquí, han querido regresar a sus países», aseguró Brenes en su homilía de la misa dominical en la Catedral de Managua, un día después de que ordenara a 11 nuevos religiosos.
«Si se ordenan, pero quieren regresar para servir [en sus países], están en libertad y yo les voy a dar la excardinación» (la licencia para ir a otras diócesis), pues «lo importante es servir» y «yo no soy dueño de la vocación» de ellos, agregó el arzobispo de Managua.
El cardenal citó el caso de un sacerdote chileno entre los que se marcharon, pero no mencionó la razón para el éxodo de los nuevos religiosos ordenados en un país donde la Iglesia ha sufrido los embates del Gobierno de Daniel Ortega por silenciar las voces críticas.
En 2022, el Gobierno expulsó al nuncio apostólico, Waldemar Sommertag, ilegalizó la Asociación Misioneras de la Caridad, de la orden de la madre Teresa de Calcuta, y cerró varios medios católicos, entre ellos el canal de televisión de la Conferencia Episcopal.
Además, el obispo Rolando Álvarez, un crítico del Gobierno, está bajo arresto domiciliario desde agosto de 2022 y el 10 de enero un tribunal de Managua decidió que sea juzgado por supuesta conspiración y propagación de noticias falsas.