Siete personas murieron este viernes por disparos de un hombre armado en una sinagoga en Jerusalén Este. Se trata del ataque más mortífero de los últimos años en Israel.
Los medios israelíes The Jerusalem Post, The Times of Israel y Kan señalaron que el atacante fue identificado como un residente de Jerusalén Este llamado Alkam Khairi. Tenía 21 años y no tenía antecedentes de delitos relacionados con el terrorismo.
Según la reconstrucción de la prensa local, el atacante llegó en auto a un edificio utilizado como sinagoga, abrió fuego e intentó darse a la fuga pero fue abatido por la Policía.
“Como resultado del tiroteo, siete civiles murieron y otros tres resultaron heridos con diferentes niveles de gravedad”, informó la Policía en un comunicado. “El terrorista fue neutralizado y después declarado muerto”, indicó la Policía.
Las autoridades incautaron una pistola, al parecer la que fue utilizada en el ataque.
“Se trata de un atentado terrorista muy grave. Vimos a una mujer y a cuatro hombres tendidos en la carretera. Sufrieron heridas de bala y no mostraban signos de vida, por lo que tuvimos que declarar su muerte”, declaró el paramédico Fadi Dekidek del servicio de emergencias Magen David Adom.
Tras el ataque, el movimiento islamista Hamas, que gobierna de facto la Franja de Gaza, celebró el ataque a través de los altavoces de las mezquitas, pero sin adjudicárselo. También se escucharon disparos al aire en el enclave costero mientras numerosos automovilistas sonaban sus bocinas gritando “Dios es grande”.
Por su parte, la Yihad islámica celebró “la operación heroica que demuestra que el enemigo solo entiende el lenguaje de la fuerza” y “que el pueblo palestino vive en unidad política y geográfica”.
A medida que la noticia del ataque era difundida en los medios, se escuchaban celebraciones en ciudades palestinas de Cisjordania, como Ramala, Yenín y Nablus, así como en el campo de refugiados de Shuafat, en Jerusalén Este.
El ministro israelí de Seguridad Nacional, Ben Gvir, acudió poco después al lugar de los hechos. Le siguió el primer ministro Benjamin Netanyahu, que fue recibido por una multitud que coreaba “Muerte a los árabes”, según indicó un corresponsal de la agencia de noticias AFP.
Por otro lado, el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, que se encontraba de visita familiar en Estados Unidos, ha interrumpido su viaje y regresa a Israel, según informó su oficina a la AFP.