Un Tribunal Superior de Londres ordenó el pasado viernes a la fundación Frimley Health NHS Foundation Trust pagar 39 millones de libras esterlinas (más de 48 millones de dólares) a la familia de una niña que no fue tratada adecuadamente en el hospital, lo que llevó a amputarle piernas y brazos, informan medios locales. Una parte de la indemnización será pagada inmediatamente, y el resto se saldará con pagos anuales durante el resto de su vida.
La afectada acudió al Hospital Frimley Park en Surrey, en el Reino Unido, con síntomas de meningitis. Allí, sin embargo, solo le dieron paracetamol y la mandaron a casa. Unas horas más tarde, los padres llevaron de nuevo a la niña al hospital, con sarpullido y fiebre. Esta vez, los médicos le diagnosticaron sepsis meningocógica y la trasladaron a la unidad de cuidados intensivos de otro hospital. Como consecuencia, a la niña le amputaron las dos piernas por encima de la rodilla y los brazos por encima del codo.
Tras el incidente, los padres presentaron una demanda, acusando al hospital de negligencia médica y argumentando que si su hija hubiera sido tratada urgentemente con antibióticos, se habrían evitado las amputaciones.
La abogada de la familia, Elizabeth-Anne Gumbel KC, declaró que «es un caso muy triste, en el que la demandante perdió lamentablemente sus cuatro extremidades al no ser diagnosticada con la suficiente prontitud en relación con la meningitis». Gumbel caracterizó a la niña como «extraordinariamente valiente».
Deborah Nadel, empleada de la empresa de abogados Fieldfisher, que representa a la niña y a su familia, subrayó que «las lesiones y graves discapacidades de esta niña habrían sido completamente evitables con una atención adecuada». «Existen protocolos específicos para tratar estas enfermedades, con el fin de proteger a los pacientes y a los médicos, pero sólo funcionan si se siguen», agregó.
La fundación Frimley Health NHS Foundation Trust se disculpó ante la familia y la niña y admitió en una carta que su cuidado «estuvo por debajo del nivel que [la niña] tenía derecho a esperar».