Cada 21 de enero se celebra el Día Mundial del Abrazo. Fue en realidad una prescripción médica de Kevin Zaborney, un psicólogo de la Universidad de Michigan, quien comprobó que, con este gesto, se reducía el estrés y se mejoraba la salud mental, emocional y física de las personas. Sin embargo, de lo que no habló el doctor fue que los abrazos también pueden incomodar y que, en algunos países, te puede llevar derechito a la cárcel.
Hay una división “háptica” (ciencia que estudia el contacto humano y sus efectos) del mundo. Asia, Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Australia y Nueva Zelanda son culturas “de bajo contacto”: un abrazo de sopetón romperá todos sus esquemas. Por el contrario, estos gestos están normalizados en América Latina y en los países mediterráneos, zonas consideradas de “alto contacto”. Eso sí, todo depende de quién se abrace: la cercanía relacional, el género y la edad de las personas variarán sobremanera la ecuación.
Un abrazo puede reducir la tensión arterial. Se ha comprobado que las personas más acostumbradas al contacto físico tienen, en general, una presión arterial más baja. También se sabe que ayuda a reducir los niveles de estrés.
A continuación te presentamos las 4 formas de abrazar y su significado:
El abrazo íntimo. El abrazo clásico se realiza rodeando con los brazos al otro y situando las cabezas una al lado de otra. Se trata de un gesto que solo debemos hacer con conocidos. Si ya nos miramos a los ojos, implicará conexión sexual.
El abrazo fraternal o entre compañeros. Es un ligero acercamiento, nunca se llegan a juntar las cabezas y suele ir acompañado de palmaditas en la espalda. Según los psicólogos, sirve para ir estrechando lazos cuando todavía no hay confianza.
El abrazo lateral o poner nuestro brazo sobre los hombros del otro. Se utiliza para reflejar que acompañas a la otra persona. Este tipo de abrazo también lo realizan los primates para consolarse unos a otros.
El abrazo del oso o el abrazo violento. En realidad, aquí no hay afecto. Buscas demostrar a tu oponente tu superioridad física.