Más de 200 agentes de la Policía Nacional resguardan las instalaciones de la Alcaldía Municipal de San Pedro Sula y la tercera avenida de la ciudad sampedrana con el fin de evitar una nueva batalla campal entre efectivos policiales y pobladores.
Ayer decenas de manifestantes caminaban por las calles y avenidas de San Pedro Sula cerrando negocios del centro de la ciudad antes de mediodía. Disparos de arma de fuego desataron el caos nuevamente en el centro de la ciudad después que agentes intentaran dispersar a manifestantes en un punto de la ciudad.
Algunos locatarios cargaron palos, machetes, fósforos, y otros utensilios con los que «invitaban» a dialogar al alcalde sampedrano, Roberto Contreras.
Desde negocios de comida rápida, farmacias, comerciales, tiendas de ropa, calzado, telas y salones de belleza, las violentas protestas paralizaron el comercio en el centro, ocasionando grandes pérdidas económicas.
Durante la protesta de ayer, varios locales sufrieron daños, por lo que los comerciantes temen que esta situación se prolongue y sean víctimas de vandalismo como en 2017, cuando algunos comercios de la ciudad sufrieron saqueos.
Según los manifestantes, el 20 de enero estarían siendo desalojados más de 11 mil vendedores de la tercera avenida de San Pedro Sula por las autoridades municipales.