Hoy se ha celebrado la segunda misa del tiempo ordinario y el mensaje de la máxima autoridad de la iglesia católica, Cardenal Oscar Andrés Rodríguez fue un llamado a buscar la paz y dejar las confrontaciones.
“Las actitudes que representa el “Cordero”, no encajan en el mundo de hoy, donde predomina la lucha, la competición, la confrontación agresiva… Quizás, en este momento, de demasiada crispación social, los cristianos necesitamos aprender el estilo de mansedumbre, de comprensión, de tolerancia y de dulzura que representa la figura de Jesús como Cordero de Dios. Juan dice: “Que quita el pecado del mundo”. No dice “los pecados”, sino “el pecado” (el singular es significativo). Jesús viene a quitar el pecado del mundo, no se limita a perdonarlo o a borrarlo, Él es el que “quita el pecado”, (el verbo original griego “airein” significa más bien “cargar sobre sí” es decir, Jesús, “carga sobre si” el pecado, mi pecado y en ese sentido lo arranca allí donde está instalado, en las estructuras de nuestra sociedad o en el interior de nuestros corazones. Pero ¿Cuál es hoy el pecado del mundo? “El pecado del mundo” es todo lo que amenaza la vida dentro y fuera de nosotros: los millones de seres humanos forzados a la miseria y al hambre a causa de una injusta distribución de la riqueza en nuestro mundo; el comercio escandaloso de armas, que favorecen las guerras que ensangrientan a nuestra tierra; la criminal difusión de la droga; el temerario desequilibrio ecológico”, dijo el líder católico.
Rodríguez manifestó que a muchas personas se les olvida la palabra de Dios que dice todo reino dividido perecerá e invitó a los hondureños a que busquen a Jesús que es manso y humilde de corazón.
“Somos llamados a ser testigos de que el único camino que nos salva es el camino recorrido por Jesús y no las fáciles ilusiones prometidas por otros liberadores y por nuestra sociedad instalada en la mentira. Hoy, vueltos de corazón a Él, presente entre nosotros, podemos decirle: Tú, Señor, quitas el pecado del mundo, ayúdanos a tomar conciencia de todo aquello que nos impide vivir plenamente, envuélvenos con tu amor y haznos sentir el gozo de tu presencia”, expresó el cardenal.