Con rastros de sangre, cientos de casquillos y poco más de una decena de vehículos blindados con impactos de bala se encuentra la casa donde fue detenido Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín Chapo Guzmán, la cual se encuentra ubicada en el estado de Sinaloa.
El poblado de Jesús María, a unos 20 kilómetros al noroeste de Culiacán, capital del estado, vive este sábado los estragos del operativo del pasado jueves, en el que agentes del Ejército y de la Guardia Nacional capturaron al capo mexicano.
El operativo, que dejó 29 muertos, una decena de ellos pertenecientes a las Fuerzas Armadas mexicanas y 19 a los grupos criminales que generaron los disturbios violentos, dejó también unos 30 vehículos rafagueados y quemados que quedaron sobre la carretera tras el enfrentamiento que duró cerca de 10 horas, los cuales hasta este día no se habían retirado.
Mientras que en el interior de la finca, de aproximadamente 150 metros cuadrados, quedaron esparcidos decenas de casquillos y autos deportivos dañados, además de otros vehículos que tienen pegadas calcomanías de un ratón, alusivo al apodo con el que se conoce a Ovidio.
Hasta este sábado, agentes del Ejército Mexicano continúan realizando inspecciones en la zona.
Tras su captura, Ovidio Guzmán fue ingresado al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1 del Altiplano -conocido también como el penal de Almoloya-, ubicado en el Estado de México, donde también estuvo recluido su padre, quien se fugó de ahí en 2015.
En tanto, su defensa tramitó dos amparos, uno contra la extradición inmediata y otro para evitar que Guzmán permaneciera incomunicado, además que pidió que se le otorguen medicamentos alegando una cirugía y diversas enfermedades que padece.
La detención de Ovidio sorprendió al ocurrir días antes de la visita a México del presidente estadounidense Joe Biden, con motivo de la Cumbre de Líderes de América del Norte, aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador, negó cualquier relación entre los dos hechos.