El Templo de los Diez Mil Budas, en Hong Kong, no es el típico lugar que uno se espera visitar dentro de los itinerarios turísticos, a pesar de estar en la popular zona de Shatin, muy cerquita del centro comercial de New Town Plaza. Este núcleo de población, a las orillas del río Shing Mung, está bien muy bien conectado, tanto por su propia estación de metro como por un servicio de bus y minibús.
El templo fue abierto en el año 1957 y el lugar en cuestión es de lo más pintoresco. Como su nombre bien indica, la presencia de estatuas de budas es su reclamo. Pero no son los típicos budas con cara bonachona, sino que los hay con caras de lo más variadas. Vamos a entrar para descubrirlos.
En este tipo de templo no hay que pagar entrada, y eso también es un punto a su favor. Les aseguro que no se encontrarán con colas de turistas como cuando visiten el buda de Lantau.
Ruta por el El Templo de los Diez Mil Budas
La entrada principal nos recibe con las primeras estatuas que custodian el camino hasta el templo. En un día donde apriete el calor, es mejor tomárselo con calma porque hay algún tramo de pendiente un tanto empinado.
Tan solo nos queda un repechito más para llegar a la zona principal del templo, y con pagoda incluida.
Ya casi hemos llegado a las inmediaciones del templo, y encontramos más estatuas campando a sus anchas entre la vegetación. No hay uno igual, o al menos que me diese yo cuenta.
Desde esta zona un poco más apartada podemos divisar la pagoda y el resto de dependencias. Las estatuas que podemos observar aquí son algo más tradicionales, representando a algunos guerreros, pensadores o reyes. Figuras más coloristas y caras más amables.
Si hay una estatua que me llamó mucho la atención fue la de un buda con un brazo kilométrico. Puede que sea una señal, o bien estuviese haciendo mención a una diferencia social a la hora de pedir limosna a la clase adinerada.
La pagoda en color rojo y dorado tiene un aspecto muy cuidado, y cómo no, está adornada con más estatuillas de budas sentados.
El interior de la pagoda
Es interesante fijarse en el detalle del interior de la pagoda, donde nos encontramos con miles de estatuillas. Cada uno de los budas del fondo simboliza una ofrenda que haya hecho alguien.
No sé exactamente cuánto cuesta, pero creo que el dinero que se pague es directamente proporcional al tiempo que pueda figurar a nombre de alguien. A pesar de ser un sitio religioso, los negocios son los negocios y es una forma de asegurarse ingresos para costear el mantenimiento del templo.
Como dato curioso, no hay monjes en este templo, sino que son personas laicas las que se encargan de su cuidado.