El presidente chino, Xi Jinping, aseguró el sábado (31.12.2022) que entreveía «la luz de la esperanza» ante la rápida propagación de una nueva ola de COVID-19 provocada por el levantamiento de las restricciones sanitarias en su país. «La prevención y el control de la epidemia han entrado en una nueva fase. Todavía estamos en un momento difícil», pero «la luz de la esperanza está ante nosotros», afirmó Xi en un discurso televisado de Año Nuevo.
Casi tres años después de la aparición de los primeros casos de coronavirus en Wuhan (centro), China puso fin el 7 de diciembre a su política draconiana de «covid cero». La población estaba hasta entonces ampliamente protegida gracias a pruebas de detección generalizadas y un seguimiento estricto de los desplazamientos, así como por los confinamientos y las cuarentenas obligatorias desde el descubrimiento de un contagio.
Estas medidas extremas, que mantenían a China en gran medida aislada del resto del planeta, asestaron un duro golpe a la segunda economía mundial y provocaron en noviembre manifestaciones de descontento contra las autoridades del país comunista que acabaron por tumbar la estrategia. Desde que se levantaron las restricciones, los hospitales chinos se ven abrumados por una avalancha de enfermos.
Más de la mitad de la población contagiada en algunas regiones
Algunas encuestas realizadas por las autoridades sanitarias señalan que hasta el 60% de la población de algunas localidades chinas se ha contagiado con el coronavirus, recoge hoy el medio Health Times, subsidiario del Diario del Pueblo, rotativo oficial del Partido Comunista Chino.
El Centro Provincial para el Control y la Prevención de Enfermedades de la provincia de Sichuan (centro) publicó esta semana los resultados de una investigación basada en un sondeo a más 158.500 habitantes que indica que la tasa de personas que han sido infectadas por el coronavirus supera el 63%. La provincia de Sichuan es una de las más pobladas de China con más de 80 millones de habitantes y su capital, Chengdu, fue una de las primeras ciudades en golpeadas por la actual ola de COVID-19.
El organismo aseguró que el número de contagios alcanzó su nivel máximo alrededor del 23 de diciembre y que ya «se halla en declive». Por su parte, las autoridades de la isla meridional de Hainan, de 9,2 millones de habitantes, expusieron este viernes que la tasa de infección estimada de la provincia ha alcanzado el 50%, aunque su capital, Haikou, ya ha pasado el pico de contagios, según sus cálculos.
Dos ciudades en la provincia costera de Zhejiang (este), Quzhou y Zhoushan, estimaron que entre el 30 y el 40 % de sus poblaciones han contraído el virus. El epidemiólogo jefe del Centro de Control de Enfermedades de China, Wu Zunyou, declaró esta semana que la ola de contagios de covid que sufre el país ya «ha llegado a su pico» en lugares como Pekín, Tianjin (noreste) y la mencionada Chengdu.
«El mundo no está en paz»
Hablando en la televisión nacional desde detrás de un escritorio en una oficina revestida con paneles de madera, Xi evitó en gran medida, aparte del COVID-19, abordar directamente los problemas a los que enfrenta el país y, en cambio, señaló los éxitos en la producción agrícola, la eliminación de la pobreza y la organización de los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero.
Sin embargo, al final sí que tocó tangencialmente estos desafíos. «El mundo no está en paz», dijo. China «siempre defenderá con firmeza la paz y el desarrollo… y se mantiene firme en el lado correcto de la historia», afirmó.