El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunió con parlamentarios y afirmó que quiere mantener un diálogo abierto con el Congreso Nacional y todos los partidos políticos. Lula estuvo por primera vez en el Centro Cultural del Banco de Brasil (CCBB), en Brasilia, donde funciona el gabinete de transición.
«Cada diputado puede estar seguro de que hablaremos con el Congreso Nacional. El Congreso tiene todos los defectos que cada uno de nosotros tiene, pero este país era mucho peor cuando tenía un Congreso cerrado», dijo, en referencia al período de la dictadura militar. «Un debate nervioso por nuestras divergencias es mejor que el profundo silencio del miedo a la bayoneta al que ya se ha enfrentado este país», añadió Da Silva.
Lula se emocionó al hablar del hambre en Brasil y reafirmó que esta agenda será una prioridad en su gobierno. «Si cuando termine este mandato (2026), cada brasileño esté tomando café, almorzando y cenando, habré cumplido la misión de la vida», dijo. «El hecho es que nunca esperé que el hambre volviera a este país. Cuando dejé la Presidencia de la República, imaginaba en los 10 años siguientes este país estaría igual que Francia o Inglaterra, que habría evolucionado desde el punto de vista de las conquistas sociales», declaró.
Los encuentros liderados por Lula da Silva tienen el objetivo de negociar algunos de los puntos relacionados con el Presupuesto 2023.