Muchos oficios existen en nuestro país; uno muy indispensable y que de cajón debe de estar en la lista de inversiones en nuestra familia es el visitar un sastre, algo que creo que todos hemos hecho en la vida.
Ese señor o señora tiene su rostro adornado por un par de lentes, en su cuello se puede observar una cinta métrica de color amarillo, rosado, azul o verde, siempre con colores llamativos para que no se pueda perder. Como ven, es fácil identificar un sastre, así que estoy más que seguro que muchos se sentirán identificados con esta nota.
Algunas sastrerías de Comayagüela reportan baja confección de prendas, según los trabajadores de este oficio esta incidencia se debe a que a los hondureños ahora les gusta ir a los centros comerciales a adquirir prendas que vienen del extranjero.
Esta es la realidad a la que se enfrentan, el punto bueno de esta gran carrera denominada como oficio es que son una fuente para miles de hondureños que día a día salen de cursos intensivos de costura.