Es un hecho comprobado que los animales de compañía aportan beneficios a las personas que convivimos con ellos. Asi lo afirmó un reciente estudio: la compañía de perros y gatos, entre otros, nos ayuda a mantener una mejor salud mental y a reducir la soledad.
El estudio británico demostró que más del 90 por ciento de los participantes señaló que su animal de compañía le ayudó a sobrellevar emocionalmente el confinamiento y el 96 por ciento que su mascota también los ayudó a mantenerse activos.
Hoy en día también se ha demostrado que la convivencia con gatos ayuda a niños con trastornos del espectro autista (TEA), ayudándoles a reducir su estrés y la ansiedad. El hecho de que sea el gato, como animal, el compañero más beneficioso para un niño con autismo sorprende, puesto que estos animales suelen estresarse mucho ante comportamientos infantiles.
Según Gretchen Carlisle, científica del Centro de Investigación para la Interacción Humano-Animal (ReCHAI) de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Missouri «unirse a una familia con niños con autismo también hace maravillas para los felinos».
«No solo es importante examinar cómo las familias de niños con autismo pueden beneficiarse de estos maravillosos animales de compañía; si no también si la relación es estresante para los gatos que son adoptados en un entorno nuevo, tal vez impredecible», expresa en un estudio realizado por la universidad estadounidense.
Los resultados podrían ayudar a aquellas familias que se encuentran en una situación similar, sin que tengan que preocuparse de cómo reaccionará el felino ante tales situaciones, aunque no sea una garantía del 100 por cien.