El hombre de 69 años autor del tiroteo que costó la vida a tres kurdos el viernes en una céntrica calle de París, confesó a los investigadores que su intención era matar a personas de ese origen, según indican este sábado (24.12.2022) fuentes de la investigación. También reconoció a la Policía que la motivación de sus actos era el racismo.
El sospechoso, un conductor de tren retirado de nacionalidad francesa que fue retenido por varias personas antes de que interviniera la policía, dijo que era «racista», informó una fuente próxima al caso. Según la cadena BFMTV, en el momento del arresto, en una peluquería situada junto al centro cultural kurdo donde cometió dos de los tres crímenes, el individuo preguntó a los agentes: «¿A cuántos he matado?».
La policía investigará al individuo por asesinato, intento de asesinato, violencia con arma e infracciones a la legislación de armas de carácter racista, una «circunstancia [que] no modifica la pena máxima» a la que se expone el sospechoso, «que sigue siendo la cadena perpetua», precisó la fiscalía. El ataque dejó tres muertos, una mujer y dos hombres, y tres heridos, uno de ellos grave, según el último balance.
«Está loco”
Al ser capturado, el hombre portaba «un maletín» con «dos o tres cargadores llenos, una caja de cartuchos de calibre 45 con al menos 25 cartuchos dentro», dijeron fuentes ligadas al caso. El agresor «quería atacar a extranjeros» y «a todas luces actuó solo», acotó el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, quien señaló que además frecuentaba un campo de tiro.
La mujer abatida, Emine Kara, era una responsable del Movimiento de las Mujeres kurdas en Francia, según el Consejo Democrático Kurdo de Francia (CDK-F). Los dos hombres muertos son Abdulrahman Kizil, «un ciudadano kurdo común» que frecuentaba la asociación «a diario», y Mir Perwer, un artista kurdo, refugiado político, que era «perseguido en Turquía por su arte», según el CDK-F.
El sospechoso detenido ya había cometido actos de violencia con arma en el pasado. En junio había sido condenado a doce meses de prisión por ataques con armas cometidos en 2016, sentencia que apeló. También fue imputado en diciembre de 2021 por violencia con armas, con premeditación y de carácter racista, y daños a la propiedad por hechos cometidos el 8 de diciembre de 2021. En este último caso, hirió con un sable a migrantes en un campamento.
El padre del atacante, de 90 años, lo describió a la AFP como un hombre «tranquilo», «realmente retraído» y afirmó que en la mañana de los hechos «no dijo nada al salir». «Está loco», agregó.
