A solo nueve días de dejar el poder, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, concedió el viernes (23.12.2022) un indulto que perdonó condenas de cárcel impuestas a militares y policías, incluyendo a aquellos responsabilizados por la famosa masacre carcelaria de Carandiru.
El indulto es extensivo a todos los agentes del orden que hayan sido condenados por crímenes culposos, o aquellos que hayan sido cometidos por actos realizados por «su deber de actuar» o «en razón de riesgos» enfrentados por las fuerzas de seguridad.
Ese aspecto beneficia directamente a los 69 agentes que siguen vivos de los 74 condenados por los 111 homicidios de presidiarios cometidos en la cárcel de Carandiru, en Sao Paulo, en 1992.
Los agentes fueron condenados en sendos juicios celebrados en 2013 y 2014, pero nunca han llegado a ser encarcelados, debido a maniobras judiciales, con las que sus abogados han conseguido dilatar los juicios de apelación en instancias superiores, en un caso que se ha convertido en un símbolo de la impunidad en Brasil.