José, es uno de los cientos de indigentes que duermen donde caiga la noche, él junto a su mejor amigo (Su canino) pernoctan en las afueras de la Estación Policial Core-7 en Comayagüela.
Problemas con su familia y vicios de drogas, son las circunstancias que dificultan que José no se reencuentre con su madre y hermanas que viven en una colonia de Tegucigalpa.
Son 19 años que a este ciudadano le ha tocado la dura realidad de dormir en las calles, puentes y avenidas de Comayagüela, meses atrás sufrió un percance mientras limpiaba los vidrios de vehículos que circulan en el bulevar Morazán de Tegucigalpa.
El mayor deseo de José es que esta navidad reciba comida, una colchoneta y un trabajo estable para ya no seguir pidiendo en la plaza Los Dolores de Comayagüela.
«El amor de una madre lo es todo» José aprovechó las cámaras de HCH para pedirle perdón a su madre, amigos y a todas las personas que asaltó tiempo atrás, este ciudadano manifestó que se dejó guiar y perdonar por Dios y ahora ya no se dedica a ser un antisocial.
El indigente le envió un mensaje a los hondureños a que se aparten de hacer lo malo, busquen de Dios y sean agradecidos con lo que tienen.