El presidente ruso, Vladimir Putin, tiene ya preparado su misil hipersónico Avangard, un arma capaz de alcanzar objetivos en cualquier parte del mundo en menos de 30 minutos. El Ministerio de Defensa ruso ha informado de que este sistema de misiles permanece en un silo de lanzamiento subterráneo en la región de Orenburg, al suroeste de Rusia, cerca de la frontera con Kazajistán.
La televisión rusa ha mostrado las imágenes de la instalación de esta arma letal, capaz de viajar a una velocidad que equivale 27 veces la velocidad del sonido y con la que Moscú espera aumentar las capacidades de combate, según Defensa.
Junto a estas imágenes se han mostrado otras de archivo que se corresponden al lanzamiento de prueba realizado en 2019. Un año antes, en 2018, Putin había calificado este misil Avangard como «invencible», y se jactaba de la siguiente manera: «El Avangard es invulnerable a la interceptación por cualquier medio de defensa de antimisiles existente».
Mientras tanto, Putin continúa preparando los próximos pasos en el campo de batalla en Ucrania y no ha dejado de mantener reuniones estratégicas con la plana mayor del Ejército.
El pasado viernes, el mandatario ruso estuvo en conversaciones durante todo el día con sus comandantes militares para conocer los avances tras la invasión en Ucrania. Según recoge el británico Daily Mail, esta ha sido la primera vez en 10 meses que Putin ha mostrado una estrecha participación y una implicación visible en la guerra.
«Camaradas oficiales, me gustaría conocer sus propuestas sobre nuestras acciones a corto y medio plazo», dijo Putin en esa reunión, según informó este sábado el Kremlin.
Este domingo, el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, ha sobrevolado las zonas de emplazamiento de las tropas e inspeccionado «las posiciones de las unidades rusas» en Ucrania. Según ha informado Defensa, el ministro «prestó especial atención» a la organización de los suministros para las tropas, las condiciones de vida y también el trabajo de los servicios médicos y de la retaguardia.
La semana pasada, Putin admitió que la campaña podría prolongarse en el tiempo y destacó como éxitos la anexión de cuatro regiones ucranianas, aunque Moscú no las controle en su totalidad, y la conversión del Azov en un mar interior ruso.
Por su parte, Kiev sospecha que el Kremlin prepara una gran ofensiva a principios de 2023 y no descarta que el Ejército ruso intente de nuevo tomar la capital ucraniana.
También el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, opinó que «Rusia se está preparando para una larga guerra» y se mostró convencido de que Putin «lanzará nuevas ofensivas».