El Gobierno de Japón aprobó hoy sus nuevas directrices de Defensa, que por primera vez incluyen dotarse de la capacidad de atacar bases enemigas en caso de amenaza a la seguridad nacional, además de un incremento récord de su gasto militar.
El Gabinete que lidera el primer ministro, Fumio Kishida, dio luz verde este viernes a los tres nuevos documentos que marcan la hoja de ruta de Defensa para la próxima década, que llegan tras dos años de negociaciones dentro de la coalición gobernante y rodeados de controversia.
De esta manera, Tokio aprobó una drástica revisión de su doctrina de defensa con el objetivo de contrarrestar el poderío de China, calificada por Japón como un «desafío estratégico sin precedentes» para la seguridad del archipiélago.
La principal novedad, llamada en los documentos «capacidad de contraataque», estipula que Japón debe contar con los medios militares para alcanzar objetivos en territorio enemigo «dentro de las medidas mínimas necesarias de autodefensa», lo que incluye aumentar al doble el gasto en esta área, hasta un 2% del PIB de aquí a 2027. Además se contempla en esta hoja de ruta la adquisición de armas como misiles de crucero de largo alcance e hipersónicos, entre otros nuevos activos.
Contraataque imprescindible
El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, afirmó que dotar al país con nuevas capacidades militares de «contraataque» es «imprescindible» para su supervivencia, ante los desarrollos en la tecnología de misiles por parte de otras naciones.
El líder nipón defendió así la adquisición de Japón por primera vez de armamento que le permitiría atacar objetivos a larga distancia, una de las novedades más destacadas de los tres documentos de Defensa aprobados por el Ejecutivo nipón y considerados el mayor giro militar del país desde 1945.
Las capacidades defensivas actuales de Japón «no son suficientes» ante las amenazas que representan los avances en las tecnologías de misiles hipersónicos, capaces de modificar su ruta o para lanzar múltiples proyectiles de forma simultánea, dijo Kishida en una rueda de prensa. Por ello, «la capacidad de realizar contraataques es imprescindible para Japón», afirmó el primer ministro, quien también destacó que la diplomacia seguirá siendo la primera vía de Tokio para resolver conflictos.