En estado de descomposición fue encontrado el cadáver de un hombre en la pequeña covacha donde vivía en el barrio El Manchén de Tegucigalpa.
La víctima se dedicaba a recolectar plástico y aluminio en la zona, y según vecinos, se dieron cuenta que estaba muerto por el mal olor en la zona.
Se presume que el ahora occiso tenía al menos cinco días de fallecido.