Entre vítores y aplausos, Nancy Pelosi ha anunciado este jueves que abandona su cargo como líder de los demócratas en la Cámara de Representantes de Estados Unidos después de casi dos décadas en el puesto.
La política demócrata de 82 años, que se convirtió en 2003 en la primera mujer de la historia en ser presidenta de la Cámara Baja, no peleará por otro mandato después de que el Partido Republicano haya conseguido la mayoría en las midterms del pasado 8 de noviembre. Sin embargo, no abandonará la política: permanecerá como miembro de base.
A finales de octubre, después de que un hombre armado entrase en su casa y atacase a su marido, Paul Pelosi, la política ya anunció que se replantearía su futuro laboral.
Pelosi ha sido una presencia permanente en la Cámara de Representantes durante las últimas dos décadas. Lo ha sido desde que rompió el techo de cristal como primera presidenta de la cámara, y tanto en condiciones favorables a su partido como adversas: con mayoría de escaños y en franca minoría frente a los republicanos.
Considerada por muchos el speaker más poderoso en un siglo, ha subido y bajado del estrado conforme los vaivenes electorales descabalgaban a los suyos, como en 2010, o los encumbraban de nuevo, como sucedió en 2018. La veterana demócrata, vestida de blanco como las sufragistas, emocionada y nerviosa, ha anunciado este jueves que seguirá en la Cámara como diputada, pero sin aspirar a liderazgo alguno. “Es hora de dar paso a una nueva generación de demócratas”, ha dicho.