Donald Trump confirmó ayer lo que ya era un secreto a voces: quiere ser el candidato republicano para las elecciones del 2024. Lo hizo en una esperada comparecencia desde su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, en la que anunció su intención de competir en los próximos comicios para devolver la «gloria» a un país «en decadencia» e «invadido» por millones de personas de otros lugares.
Y lo ha hecho en un contexto complicado para su partido, después de unos malos resultados —sobre todo en comparación con los sondeos— en las elecciones de medio mandato que se celebraron la pasada semana. El expresidente, en todo caso, ha eludido estos últimos días cualquier responsabilidad sobre esos datos.
«Estoy anunciando esta noche mi candidatura para la Presidencia de Estados Unidos», subrayó Trump este martes después de haber repasado enfáticamente los logros de su Presidencia (2017-2021) y trazado un oscuro panorama de los dos años en que Joe Biden ha sido presidente, aun con adjetivos más exagerados.
Trump, de 76 años, aseguró que él hará que Biden no reciba cuatro años en la Casa Blanca en 2024 porque «el país no puede tener más de eso» y aseguró que conseguirá más votos que en las elecciones de 2016.
Acompañado de su esposa, Melania, y de un grupo numeroso de invitados, Trump aseguró que su campaña va a ser la de la gente y se va a basar en «temas, valores y éxito». «Esto no es solo una campaña, es una causa para salvar a nuestro país», dijo, antes de pedir «a todos los patriotas que se suban a bordo». «Voy a ser su voz», subrayó rodeado de banderas estadounidenses y en medio de gritos y vítores de los congregados en el salón de baile de Mar-a-Lago.
México y los latinos
En esta ocasión, al contrario que cuando anunció en 2015 en Nueva York su candidatura para 2016, en su discurso elogió a los latinos, de los que dijo que son «personas emprendedoras y buenas que están preocupadas por la seguridad y la economía» como él.
Trump elogió al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, del que dijo que es «un caballero», cuando prometió devolver la seguridad a la frontera con ese país y expulsar a los delincuentes extranjeros que entran al país libremente por la falta de acción contra ellos. «Esos delincuentes matan 2.000 estadounidenses al año», aseveró.
Por otra parte, el expresidente acusó a Biden de haber «destruido la economía» de EE UU y aseguró que si se cumplen los cuatro años de su mandato «aun será peor», pero prometió que si llega al poder atajará la inflación, recuperará la «independencia energética» y tomará otras medidas para que Estados Unidos sea «aun más grande» otra vez y deje de «estar de rodillas» y «en decadencia» como, según dijo, está ahora.
Al repasar los años de su Presidencia dijo que el mundo estaba en paz y la gente prosperaba y reiteró su afirmación de que si hubiera estado en la Presidencia, la guerra en Ucrania no hubiera ocurrido.
No faltaron tampoco las alusiones a sus problemas con la justicia. «Soy una víctima», dijo, y pronosticó que él y los que le sigan van a ser «perseguidos» pero no se van a dejar intimidar y al final «ganarán».
Momento complicado
El anuncio llega en un momento complicado para Trump, a quien le ha salido un importante competidor: el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que acaba de renovar su mandato con un triunfo aplastante y se apunta a la carrera para dentro de dos años. El magnate, de hecho, ya ha puesto su maquinaria de burlas y críticas en marcha. Le llama «Ron DeSanturrón» y tiene claro que le puede ganar unas primarias. «Creo de verdad que podría lastimarse gravemente. Te diría cosas sobre él que no serían muy halagadoras, sé más sobre él que nadie, más que, quizás, su esposa», sostuvo cuando se le preguntó por él.
En ese contexto cada vez son más las voces dentro del Partido Republicano que creen que Trump suma más que resta, con las midterm como muestra: los candidatos impulsados por el exinquilino de la Casa Blanca repitieron sus argumentos, sin profundidad de programa, y acabaron lastrados por un extremismo que no se premió en las urnas. En cambio, Trump no se ve culpable de nada. «Si ganan será gracias a mí; si pierden yo no tendré ninguna responsabilidad», dijo en una entrevista antes de los comicios.
Con su apuesta por 2024 Donald Trump vuelve a la carrera por el cargo más importante de Estados Unidos. Necesita ganar unas primarias que no tiene tan a favor como parece, pero si consigue ser candidato serían sus terceras elecciones. En 2016 se impuso contra pronóstico a Hillary Clinton y cuatro años después, en 2020, en un escenario marcado por su mala gestión de la pandemia de covid-19, perdió frente a Joe Biden. Entonces habló de amaño en las elecciones y no frenó el asalto al Capitolio de enero de 2021, una imagen que todavía le marca hoy en día.